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domingo, diciembre 14, 2014

Daniel Dueñas se muestra sin corbata ni secretos



Saluden a Daniel Dueñas, el hombre que detrás de la formalidad con la que presenta las noticias en Unitel, resguarda a un padre de familia sencillo, hogareño, apasionado por el periodismo y al entrevistado más calmo del mundo.

Nos recibe en su casa, ubicada en un condominio cerrado, y sin mayores trámites relata que hace seis meses es el subjefe de prensa del canal multicolor y que más que estar al frente de las cámaras prefiere estar detrás. “Me gusta hacer agenda, manejar los temas y poner al aire el noticiero”, afirma.

También cuenta que se especializó en proyectos para el desarrollo, después de licenciarse en Comunicación Social en la Universidad Católica de La Paz. Y que ingresó en la televisión por casualidad, al acompañar a un amigo a un castin. Dueñas recuerda que de 2001 a 2004 condujo Decibeles (Unitel), uno de los programas juveniles más recordados de la época y entre risas asegura que no extraña el modelaje. “Lo más bonito del periodismo es el contacto con la realidad. Se puede aportar mucho a la sociedad con un buen trabajo periodístico”, señala.

A Daniel, que es especialmente admirado por la audiencia femenina, le preguntamos si alguna vez lo consideraron una simple ‘cara bonita’. “No se puede negar que en televisión la apariencia física ayuda, pero más allá de los rasgos ‘bonitos’, el estar bien cuidado es una norma. Eso te beneficia hasta cierto punto, pero si no tienes vocación y ambiciones, te estancas”, explica.

Su tranquilidad no es interrumpida ni cuando se le consulta sobre su ideología política. “En este momento no me siento ni de la izquierda ni de la derecha, estoy en el medio”, alega y aclara que aunque le atrae el análisis político, se siente cómodo en su rol de informador. “Bolivia ha tenido y tendrá muchos cambios en este tiempo, es un proceso natural por el que tienen que pasar los países. Como periodista es muy interesante y delicado acompañar este transcurso de la historia”.

El infortunio

Hace dos meses, Daniel pasó por uno de los momentos más tristes de su vida y esta es la primera vez que habla públicamente del tema.

“Un miércoles que estaba saliendo del trabajo, por el canal Guapilo, cerca de las 21:45, sorpresivamente un señor se abalanzó sobre un costado de mi vehículo y por el impacto se fue para atrás. Frené, bajé del auto, tenía un bolo de coca en la boca, se lo saqué y rápidamente llamé a la Policía y a la ambulancia.

Los acompañé hasta un centro médico, donde le suministraron sedante, pero como estaba intoxicado por el alcohol no hizo efecto. Lo trasladamos al hospital Japonés y no sobrevivió, porque se golpeó en la nuca. Fue una tragedia”. Hace una pausa y se queda en silencio.

“Colaboré con la Policía, me hicieron un test de alcoholemia que dio negativo y el señor estaba con 160 grados de alcohol en el cuerpo. Este hecho me afectó mucho. Es una fea experiencia que no se la deseo a nadie. Era un ser humano con una familia, a la que, por cierto, estoy ayudando y a la que pienso colaborar por mucho tiempo. Estuve detenido (un día), se hizo una audiencia cautelar y recuperé mi libertad.

Es como decía Bruce Lee, pensar que el tigre no te va a comer porque eres vegetariano es un error; pensar que la vida te va a tratar bien porque eres buena gente no tiene sentido. El tigre va a hacer lo que tiene que hacer, las cosas que tienen que pasar van a pasar”.

El comunicador sostiene que la familia del fallecido lo ha tratado con respeto, porque hizo “todo lo que correspondía y podía hacer”. “Cumplí con todos los procedimientos. Lo único que no tiene precio es dormir tranquilo sobre tu almohada y yo tengo la conciencia tranquila”, dice


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